Viajar sólo o sola abre los ojos y la mente, pero también puede crear ciertas paranoias infundadas. Si yo fuera mujer estoy seguro que me habría abierto los ojos y la mente todavía más. Está claro que el mundo sigue siendo muy machista y no contemplan de la misma manera a un hombre viajando solo que a una mujer haciendo lo mismo. Eso implica que la mujer deba tener las sentidos más abiertos para estar atenta a cualquier situación que ocurra.
1. Conoce la cultura
Hay muchas culturas que encuentran ofensivo que las mujeres lleven falda corta o incluso bañador. Fíjate en como van vestidas las mujeres del lugar e imítalas en la manera que puedas.
2. Uso del transporte público en ciudades
Ya sea en taxi, rikshaws, o tuk tuks asegúrate que estén registrados: No te fíes de los taxis que vayan a por ti, desconfía y procura tomarlos en las paradas homologadas (o lo más parecido a eso que encuentres en el lugar donde te halles.)
3. Sé precavida
Si crees que te están siguiendo puedes entrar en una tienda y esperar a que la persona pase de largo. No te cortes para pedir ayuda, mucha gente estará dispuesta a ayudarte.
4. Lleva contigo un aparato de seguridad
Un simple silbato puede ayudarte a escapar de una situación embarazosa.
5. No comentes tus planes de viaje a desconocidos
Algunas veces un desconocido no va a ser tan amigable como en principio pueda parecer. Tampoco hagas autostop en lugares oscuros o durante la noche.
6. Únete a un grupo
Si te sientes vigilada o seguida por alguien, en el aeropuerto o en cualquier otro sitio público, no es mala idea acercarse a una familia y hablar con ellos.
7. Que no cunda el pánico
En una situación difícil, trata de calmarte y toma decisiones. En caso de peligro serio no lo dudes ni un segundo y trata de reclamar la atención de tu alrededor como mejor puedas.
Durante tus viajes, además, vas a encontrar infinidad de situaciones donde vas a encontrar viajeras como tú con las que compartir el viaje juntas. Viajar a solas enriquece pero también puede crearte ciertas paranoias infundadas. Intenta racionalizar tus sentimientos y, sobre todo, ¡disfruta del viaje!