Hablar más de un idioma nos ayuda a darnos a entender cuando estamos de viaje, conseguir mejores trabajos y acceder a nuevos conocimientos, pero también tiene un efecto por sobre nuestro cerebro. Aprender nuevos idiomas es una excelente forma de ejercitar nuestro cerebro e, incluso, prevenir enfermedades degenerativas como la demencia y Alzheimer.
Aprender idiomas ya no es sólo para unos pocos privilegiados, sino que es algo que hacemos desde la infancia, estando expuestos a otras lenguas de forma natural, gracias al avance de las comunicaciones.
Los niños que aprenden idiomas a temprana edad, tienen un mayor desarrollo cognitivo que aquellos que no lo hacen, siendo capaces de responder más rápido a estímulos y resolver problemas con proceso mental más veloz, analizando y comparando información.
A temprana edad, el cerebro está en pleno desarrollo y, un estudio realizado por el University College de Londres, determinó que, a medida que se aprende un nuevo lenguaje, aumenta la densidad de la materia gris.
El ser bilingüe no solo ayudaría a las personas en el ámbito académico o del saber. Las personas bilingües, tienen una mejor capacidad a la hora de separar el ruido ambiente de lo que es importante, capturando la información sin importar las distracciones auditivas a su alrededor.
Aprender idiomas para ejercitar el cerebro…
Claro que los beneficios de hablar varios idiomas también se extiende a la salud, mucho más allá de los años formativos, protegiéndolo de ciertas condiciones neurológicas. En un experimento realizado el año pasado, la Doctora Ellen Bialystok,que ha dedicado su carrera al estudio de los efectos del conocimientos de idiomas en la mente, comparó los cerebros de diferentes personas con mal de Alzheimer.
Todos correspondían a personas de la misma edad y con el mismo nivel de síntomas. Lo interesante es que, pese a estar atrofiados, los cerebros de personas bilingües igual respondían mejor en pruebas cognitivas que quienes hablaban un solo idioma y mostraban una menor degeneración cerebral.
Otra investigación realizada en la India y Reino Unido reveló que quienes hablaban más de un idioma solían presentar síntomas de demencia de 4 a 5 años después de quienes sólo dominaban una lengua.
Si bien a más temprana edad mayores son los beneficios, nunca es tarde para comenzar a aprender idiomas; aquellas actividades en las que es posible ejercitar el cerebro son beneficiosas a la hora de mantener una mente activa y alerta, poniendo a trabajar las diferentes zonas de la mente.
Ya sabes, si no hablas un segundo idioma, considera el aprender como una inversión no sólo en tus estudios o carrera, sino que también en tu salud a largo plazo. Tu cerebro lo agradecerá.