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8 cosas que extrañas de la Laguna cuando estás en el extranjero.

1.-La comida: Inciando con el desayuno, nada es lo mismo porque no hay un puesto de gorditas al carbón en cada esquina. A medio día, para quitar el calor extrañas los “raspas” de Capri, porque era el único lugar donde comías frutas por antojo. Puedes comer todos los tipos de emparedados con diferentes panes, pero nada se compara a un “lonche” con el auténtico pan francés (de Torreón). En la tarde el comprar una nieve no incluye tener que cambiar de estado y poder disfrutar de unos grados menos de calor en la plaza de Lerdo; y ya estando ahí no puedes olvidar los elotes chorreados.

2.- Bebidas: Nada quita el calor y la sed como un agua Celis de alguna de las plazas en la Laguna. Incluso extrañas que los demás sepan qué es un agua Celis.

3.- Lugares: Extrañas todo el ritual de asisitir al Templo del Desierto cada vez que el Santos juega de local, cantar las porras al ritmo de la Tribu o de la Común, comer semillas, además de la conversación que se genera para toda la semana.

4.- Clima: Nunca creíste que fuera posible extrañar quedar empanizado por la bendita “lluvia lagunera” (tolvaneras por si no eres lagunero).

5.- Tradiciones: Nada dice la Laguna como un plato de 7 sopas y asado de puerco en chile colorado en ofrenda a algún Santo o Virgen, a veces no sabías ni a cuál, no llegabas a rezar el rosario, pero sí llevabas tus tuppers para compartirle a toda la familia.

6.- Escuchar y decir palabras como: reborujar, asquel, zacate y moyote.

7.- Comodiad: Cuando algo estaba a más de 15 mintos de distancia ya estaba muy lejos, ahora entiendes qué cerca está todo en la Laguna. El poder salir en ropa deportiva o pijama a la tiendita de la esquina ahora parece todo un lujo. Incluso extrañas cenar un rico pan de dulce que el Pan Panadero llevaba hasta tu casa. (Seguramente en este momento escuchas la canción en tu cabeza)

8.- La gente: Los demás creerán que estás enojado o gritando, sin entender que así hablamos los laguneros, pero pronto descubrirán que una vez que te conviertes en su amigo cuentan contigo “de a de veras” y para siempre.

Definitivamente la experiencia de vivir en el extranjero ayuda a valorar lo que tienes y te brinda oportunidades únicas como conocer otras culturas o encontrar hermanos en tierras lejanas, hermanos que comparten el lazo de haber nacido en un país tan hermoso como nuestro México.

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